En el siglo XX, en base a los estudios hechos, se fueron modificando las conclusiones de Westcott y Hort.
Uno de los factores que ha obligado a estos cambios ha sido el descubrimiento de importantes manuscritos.
Entre estos hallazgos están los cuatro pergaminos de lujo (N, O, , ) del siglo VI, escritos sobre pergamino de color púrpura, con tinta plateada y dorada; el Códice Washington (W) del siglo V, que contiene los cuatro Evangelios, y se descubrió en El Cairo en 1906; las 84 hojas de las epístolas paulinas del manuscrito de Washington (1), que datan del siglo V o VI, y el redescubrimiento en 1901 del Códice Koridethi ( θ ), del siglo IX, que había estado perdido en un convento por treinta años.
Entre las importantes versiones descubiertas debe mencionarse el manuscrito palimpsesto de los Evangelios en la antigua versión siríaca, hallado en el monasterio de Santa Catalina, en el Sinaí, en 1892.
Pero los descubrimientos más notables, por causa de su edad, han sido los de varios papiros, entre ellos los tres códices del NT entre los papiros Chester Beatty, y más recientemente las epístolas de Juan, Judas y Pedro, y los Evangelios de Lucas y Juan, entre los papiros Bodmer.