EL DIOS QUE YO CONOZCO

11.03. Las informaciones históricas son dignas de confianza

Durante muchos años se puso en duda la existencia de un tal Belsasar, sin hablar de que pudiera haber sido rey de Babilonia. Y porque Belsasar no aparecía en ninguna parte como rey de esa gran ciudad, se puso en duda la historicidad del libro de Daniel.

Pero el relato bíblico de la caída del Imperio Neobabilónico, tal como aparece en el libro de Daniel, ha pasado a ser creíble, porque Belsasar ha sido redescubierto. Hay ahora confirmación histórica de su posición como rey de Babilonia, como corregente con su padre Nabonido.

En cuanto al relato bíblico de Belsasar, Raymond P. Dougherty escribió lo siguiente:

"De todos los registros no babilónicos que habían de la situación existente al final del Imperio Neobabilónico, el quinto capítulo de Daniel está en segundo lugar después de la literatura cuneiforme por su precisión en lo que se refiere a los acontecimientos importantes. El relato bíblico puede considerarse excelente porque emplea el nombre Belsasar, le atribuye poder real, y porque reconoce que había una corregencia en el reino. Los documentos cuneiformes del siglo VI a. C. proporcionan clara evidencia de la exactitud de estos tres hechos históricos contenidos en el relato bíblico de la caída de Babilonia. . . Dos famosos historiadores griegos de los siglos V y IV a. C. no mencionan a Belsasar por nombre, y sólo insinúan vagamente la situación política existente en tiempos de Nabonido. Los anales griegos desde comienzos del siglo III hasta el siglo I a. C. no dicen absolutamente nada en cuanto a Belsasar y la importancia que tuvo en los últimos tiempos del Imperio Neobabilónico. Toda la información encontrada en los documentos. . . posteriores a los cuneiformes del siglo VI a. C. y anteriores a los escritos de Josefo en el siglo I d. C., no podría haber proporcionado el material necesario para reconstruir el marco histórico delcapítulo 5 de Daniel" (Nabonidus and Belshazzar [1929], pp. 199-200). Podrían presentarse otros ejemplos de la vindicación de la historia bíblica.


Uno de éstos lo proporcionan los papiros de Elefantina, hallados en el Alto Egipto. Estos documentos claramente revelan el interés del gobierno persa en la vida religiosa de la colonia judía que allí se encontraba. Estos iluminan el período posterior al exilio y el de Esdras y Nehemías, mostrando que los documentos citados en esos libros están en total armonía con los que se hallaron en Egipto.

En el futuro aún podrán responderse preguntas concernientes a la validez histórica de la Biblia. Si se considera la naturaleza de las respuestas ya obtenidas, hay poca duda de que algunos críticos tendrán que admitir que no saben cómo el autor bíblico podía estar tan enterado de los acontecimientos.