Por mucho tiempo se ha reconocido que el texto hebreo de los libros de Samuel presenta numerosos problemas textuales. Parece que en el proceso de la transmisión, el texto hebreo de estos libros sufrió sobre todo por causa de omisiones accidentales. La LXX con frecuencia contiene lo que evidentemente es el griego equivalente a la parte que falta.
Por lo tanto, el descubrimiento de fragmentos de tres manuscritos (4QSama,b,c) es de gran importancia.
Sobre todo, es significativo el manuscrito de 4QSamb fechado a fines del siglo III a. C., y del cual se han conservado importantes partes del texto.
Con referencia a estos manuscritos, el profesor Frank Cross, hijo, quien publicó los MSS de 4QSama y 4QSamb afirma: "El texto de Samuel que contienen los tres rollos de la cueva número 4, difiere mucho de la tradicional Biblia masorética. Sistemáticamente sigue el texto de la LXX de Samuel" (The Ancient Library of Qumran, p. 179).
Además, señala que el texto de 4QSamb conserva en algunos casos un texto que es superior, tanto a la LXX como al texto masorético. Luego señala la importancia de este hecho para la crítica textual de los libros históricos del AT:
"Estos manuscritos establecieron de una vez por todas, que en los libros históricos los traductores de la LXX reprodujeron fielmente y en forma muy literal el original hebreo. Y esto significa que la LXX de los libros históricos debe resucitarse como herramienta primaria del crítico del AT. Esto implica repudiar buena parte de la teoría y del método de crítica textual que se construyó y se aplicó al texto hebreo de Samuel en la última generación de eruditos" (Id., p. 180).
En seguida añade que esto no significa que el texto de la LXX sea necesariamente superior al del hebreo tradicional. Cada pasaje debe estudiarse en forma individual, y evaluarse con muchísimo cuidado. Cada uno debe considerarse en base de sus propios méritos.
Lo que hoy se sabe en cuanto a la crítica textual y a la transmisión del texto del AT, obliga cada vez más a respetar la integridad del texto hebreo que hemos recibido.
No es posible sugerir, como lo han hecho tan libremente algunos eruditos, que las dificultades de interpretación se solucionan con enmiendas del texto o la fabricación de un "texto conjetural".
Podemos estar seguros de que los cambios que ha sufrido el texto del AT en los últimos dos mil años no han modificado para nada su sentido. La confianza del cristiano conservador en el texto bíblico ha sido vindicada.