De la cueva número 4 se recuperaron fragmentos de aproximadamente una docena de otros manuscritos de Isaías, entre los cuales se encontraban dos comentarios (llamado pesher en hebreo).
El texto de estos fragmentos se acerca mucho al hebreo tradicional. Estos manuscritos de Isaías dan evidencia de la antigüedad de la tradición textual transmitida por la Biblia hebrea que hoy se conoce.
Por mucha revisión o alteración que se haya hecho en el siglo I d. C., no se observa modificación significativa en las consonantes del texto. Los Rollos del Mar Muerto confirman la precisión del texto hebreo.
La mayoría de las copias de otros libros del AT también se parecen al texto hebreo masorético.
Aunque algunos de los fragmentos de los quince diferentes manuscritos del Génesis rezan en forma similar a la del hebreo del cual debe haberse traducido la versión de los LXX, en general, apoyan el texto tradicional hebreo.
Los manuscritos del resto de los libros del Pentateuco representan tres diferentes tipos de texto. La mayoría se parecen al texto masorético.
Pero entre los quince manuscritos de Éxodo que se conocen, uno (4QExa) contiene un tipo de texto que se asemeja mucho al que debe haberse traducido para la versión LXX.
Lo mismo ocurre con un fragmento que contiene Deut. 23: 41-43 (4QDeutb).
No se conocía antes ningún manuscrito hebreo que tuviera las características de la LXX.
Un manuscrito de Éxodo (4Qpaleo Exm), del siglo II a. C., escrito en caracteres hebreos antiguos, representa a un texto similar al del Pentateuco samaritano.
De este manuscrito se han conservado aproximadamente cuarenta columnas de texto; en parte de él se observan los mismos añadidos y explicaciones característicos de los pasajes paralelos del Pentateuco samaritano. Sin embargo, no hay evidencia de que este manuscrito contenga los trozos de tendencia sectaria en que se apoyan las doctrinas samaritanos.
Asimismo, los fragmentos considerables de un manuscrito de Números (4QNumb contienen las añadiduras halladas en el Pentateuco samaritano; pero también se encuentran en esos fragmentos pasajes que concuerdan con la LXX.
Por lo tanto, se puede ver que en estos manuscritos hay evidencia de tres líneas de transmisión: la protomasorética, la del texto del cual se tradujo la LXX y la protosamaritana.