Aunque el NT se escribió mucho después del AT, aún hay preguntas sin responder en cuanto a cómo, cuándo, dónde y por qué los diferentes libros fueron escritos, y cuál es su significado. Estas son preguntas válidas y merecen ser presentadas como parte de la alta crítica. Las críticas de las fuentes, de las formas y de la redacción han intentado responder algunos de estos interrogantes.
La crítica de las fuentes ha investigado especialmente los orígenes de los Evangelios sinópticos, buscando una explicación para los parecidos y las diferencias que existen entre ellos. Aunque es evidente que hay interdependencia entre estos tres Evangelios, los detalles de cómo y por qué ocurrió ésta no proporcionan un cuadro completo de lo que sucedió.
La crítica de las formas ha investigado los géneros literarios de los diferentes incidentes que componen los Evangelios. También ha intentado reconstruir la situación de la vida de la comunidad que hizo que los dichos y las perícopas se desarrollaran tal como ocurrió. Encuentra en las necesidades misioneras de la iglesia primitiva la motivación para la formación de los relatos evangélicos. no tanto como biografía sino como resultado de las creencias de la comunidad.
La crítica de la redacción ha investigado la situación existente, no en la comunidad, sino en el autor que le dio la forma a los relatos evangélicos. Entiende que por la forma como los diferentes episodios y dichos están unidos, se omiten o se modifican, puede discernirse la teología del escritor.
Estos tres tipos de crítica comparten algunas presuposiciones básicas: que el NT fue escrito como se escribe cualquier otro libro; que los métodos sociológicos, antropológicos y lingüísticos modernos pueden aplicarse a su estudio; y que el supernaturalismo no cabe dentro de la realidad humana. Estas presuposiciones no son aceptadas por los conservadores estudiosos de la Biblia. Por esto, aunque nos interesamos en las preguntas que hace la alta crítica y deseamos obtener respuestas acertadas a esas indagaciones, no podemos apoyar las presuposiciones ni aceptar como válida la metodología generalmente empleada en estas formas de la alta crítica.
CRITICISMO BÍBLICO
EL DIOS QUE YO CONOZCO
BLOGS
- GREEK - ENGLISH
- GREGO - PORTUGUÊS
- GRIEGO - ESPAÑOL
- CARTA A LOS ROMANOS
- Cronología Bíblica
- El Dios Que Yo Conozco
- El calendario hebreo
- EL LIBRO DE DANIEL
- El Texto Bíblico - AT
- El Texto Bíblico - NT
- Griego Bíblico
- GÉNESIS
- Hechos de los Apóstoles
- Historia Eclesiástica
- La Biblia y la Arqueología
- La Persona de Cristo
- Los Profetas y Las Profecias
- Marco histórico del AT
- Marco histórico del NT
- MUERTOS ¿VIVOS?
20.00. Resumen y conclusiones
19.02. Una crítica de la crítica de la redacción
Por cuanto la crítica de la redacción presupone y continúa los procedimientos de la crítica de las formas, debe hacer frente a los mismos problemas que se señalan en relación con la crítica de las formas del NT. Como ya se destacó, las presuposiciones de la crítica de las formas son ajenas al autotestimonio de las Escrituras. Lo mismo podría decirse en cuanto a la crítica de la redacción.
La crítica de la redacción entiende que un dicho de Jesús no es genuino hasta que se comprueba su autenticidad. Por esto un crítico de la redacción puede afirmar que muchos de los dichos atribuidos a Jesús en los Evangelios fueron compuestos en diversas etapas de la transmisión de la tradición, y creados para coincidir con el propósito teológico de su autor. El escepticismo inherente en esta negación de la autenticidad de las declaraciones de Jesús es ajeno a los materiales evangélicos.
Puesto que la crítica de la redacción está firmemente basada en la prioridad de Marcos, cualquier cambio en la posición de este Evangelio podría sacudir sus mismos fundamentos. Si se abandona la prioridad de Marcos, se perdería el control que se necesita para el trabajo de crítica de la redacción. Desde 1950 ha habido significativos ataques a la teoría de la prioridad de Marcos, ataques que afectan todo el esquema mencionado.
N. Perrin, crítico de la redacción, con cátedra en la Universidad de Chicago, definió el método como relacionado "con estudiar la motivación teológico de un autor, tal como se revela en la colección, el arreglo, la revisión y la modificación de materiales tradicionales, como también en la composición de nuevos materiales o la creación de nuevas formas dentro de las tradiciones del cristianismo primitivo" (What is Redaction Criticism, p. l). Desde entonces Perrin ha escrito que al estudiar el libro de Marcos, el método "no hace justicia a toda la actividad literaria del evangelista como autor; por lo tanto no puede hacer justicia a todo el texto que ha creado" (Interpretation 30 [1976]: 120). Una admisión de este tipo debe tomarse muy en serio.
Una de las dificultades más serias que presenta la crítica de la redacción es su subjetividad. No ha habido acuerdo general entre los eruditos en cuanto a muchos de los problemas básicos, sencillamente porque cada uno de ellos entiende a su modo la historia y la teología. Aunque los eruditos están seguros de que los recursos cronológicos y geográficos sirven a los propósitos de los autores, no hay acuerdo general en cuanto a la intención teológico de estos añadidos. Por lo tanto, el asunto se reduce a aplicar la subjetividad de la mente de uno a la mente de los escritores de los Evangelios -quienes a su vez pueden no haber usado un dicho auténtico o incidente histórico de la vida de Jesús- para así poder conocer la vida terrena de Cristo.
La crítica de la redacción entiende que un dicho de Jesús no es genuino hasta que se comprueba su autenticidad. Por esto un crítico de la redacción puede afirmar que muchos de los dichos atribuidos a Jesús en los Evangelios fueron compuestos en diversas etapas de la transmisión de la tradición, y creados para coincidir con el propósito teológico de su autor. El escepticismo inherente en esta negación de la autenticidad de las declaraciones de Jesús es ajeno a los materiales evangélicos.
Puesto que la crítica de la redacción está firmemente basada en la prioridad de Marcos, cualquier cambio en la posición de este Evangelio podría sacudir sus mismos fundamentos. Si se abandona la prioridad de Marcos, se perdería el control que se necesita para el trabajo de crítica de la redacción. Desde 1950 ha habido significativos ataques a la teoría de la prioridad de Marcos, ataques que afectan todo el esquema mencionado.
N. Perrin, crítico de la redacción, con cátedra en la Universidad de Chicago, definió el método como relacionado "con estudiar la motivación teológico de un autor, tal como se revela en la colección, el arreglo, la revisión y la modificación de materiales tradicionales, como también en la composición de nuevos materiales o la creación de nuevas formas dentro de las tradiciones del cristianismo primitivo" (What is Redaction Criticism, p. l). Desde entonces Perrin ha escrito que al estudiar el libro de Marcos, el método "no hace justicia a toda la actividad literaria del evangelista como autor; por lo tanto no puede hacer justicia a todo el texto que ha creado" (Interpretation 30 [1976]: 120). Una admisión de este tipo debe tomarse muy en serio.
Una de las dificultades más serias que presenta la crítica de la redacción es su subjetividad. No ha habido acuerdo general entre los eruditos en cuanto a muchos de los problemas básicos, sencillamente porque cada uno de ellos entiende a su modo la historia y la teología. Aunque los eruditos están seguros de que los recursos cronológicos y geográficos sirven a los propósitos de los autores, no hay acuerdo general en cuanto a la intención teológico de estos añadidos. Por lo tanto, el asunto se reduce a aplicar la subjetividad de la mente de uno a la mente de los escritores de los Evangelios -quienes a su vez pueden no haber usado un dicho auténtico o incidente histórico de la vida de Jesús- para así poder conocer la vida terrena de Cristo.
19.01. Crítica de la redacción de los Evangelios sinópticos
La crítica de la redacción de los sinópticos se basa en la aceptación de la hipótesis de dos fuentes, asignándole prioridad a Marcos. Entiende que Mateo y Lucas en forma independiente usaron la obra de Marcos y la hipotética fuente Q.
La crítica de la redacción de Mateo y Lucas no se preocupa tanto de lo que los dos creen, sino en las diferencias que hay entre las ideas de los dos. Según los críticos de la redacción, la teología exclusiva de cada autor es evidente, y se encuentra en las costuras que unen los diversos dichos o perícopas, en comentarios interpretativos y resúmenes, en la modificación, selección y omisión o añadido de materiales, en las introducciones y conclusiones, en el vocabulario, en la selección de títulos cristológicos y en otros asuntos de este tipo.
H.Conzelmann estudió el marco de Lucas usando el método de la crítica de la redacción, y afirmó que en la forma como Lucas usó las fuentes y en sus diferencias con respecto a Marcos, podía verse su inclinación teológica. Basado en esto Conzelmann dijo que Lucas había eliminado la expectación del inminente retorno de Cristo, y que en su lugar Lucas colocó una historia de la salvación en tres etapas: (1) la edad de Israel, (2) la edad de Jesús, y (3) la edad de la iglesia. La edad de Jesús -una etapa libre de los ardides de Satanás- ocurre entre la tentación y el momento cuando Satanás se posesionó de Judas (Lucas 4: 13; 22: 3). La reacción de los eruditos a la reconstrucción de Conzelmann ha sido extensa y mayormente negativa.
Un ejemplo de cómo la crítica de la redacción trata un pasaje bíblico puede verse en relación con Mateo 28: 16-20. No hay paralelo directo con los otros sinópticos, aunque existe la idea de la comisión evangélica. Los eruditos no han podido ponerse de acuerdo en cuanto a si Mateo inventó este pasaje para adelantar su propio entendimiento teológico, o si antes de Mateo pudo existir la tradición de una comisión evangélica. Si hubo esta protocomisión, entonces no fue lo que Jesús dijo, y por lo tanto estaba a un paso del original. La crítica de la redacción indica que Mateo, para promover sus propias ideas sobre cristología, eclesiología y escatología, añadió a la protocomisión la declaración de autoridad (vers. 18b), la promesa de la presencia constante de Jesús (vers. 20b) y la información geográfica (vers. 16), y que de otras tradiciones introdujo la triple fórmula bautismal (vers. 19b), creando así un gran resumen de su propia comprensión del Evangelio.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)