EL DIOS QUE YO CONOZCO

19.02. Una crítica de la crítica de la redacción

Por cuanto la crítica de la redacción presupone y continúa los procedimientos de la crítica de las formas, debe hacer frente a los mismos problemas que se señalan en relación con la crítica de las formas del NT. Como ya se destacó, las presuposiciones de la crítica de las formas son ajenas al autotestimonio de las Escrituras. Lo mismo podría decirse en cuanto a la crítica de la redacción.

La crítica de la redacción entiende que un dicho de Jesús no es genuino hasta que se comprueba su autenticidad. Por esto un crítico de la redacción puede afirmar que muchos de los dichos atribuidos a Jesús en los Evangelios fueron compuestos en diversas etapas de la transmisión de la tradición, y creados para coincidir con el propósito teológico de su autor. El escepticismo inherente en esta negación de la autenticidad de las declaraciones de Jesús es ajeno a los materiales evangélicos.

Puesto que la crítica de la redacción está firmemente basada en la prioridad de Marcos, cualquier cambio en la posición de este Evangelio podría sacudir sus mismos fundamentos. Si se abandona la prioridad de Marcos, se perdería el control que se necesita para el trabajo de crítica de la redacción. Desde 1950 ha habido significativos ataques a la teoría de la prioridad de Marcos, ataques que afectan todo el esquema mencionado.

N. Perrin, crítico de la redacción, con cátedra en la Universidad de Chicago, definió el método como relacionado "con estudiar la motivación teológico de un autor, tal como se revela en la colección, el arreglo, la revisión y la modificación de materiales tradicionales, como también en la composición de nuevos materiales o la creación de nuevas formas dentro de las tradiciones del cristianismo primitivo" (What is Redaction Criticism, p. l). Desde entonces Perrin ha escrito que al estudiar el libro de Marcos, el método "no hace justicia a toda la actividad literaria del evangelista como autor; por lo tanto no puede hacer justicia a todo el texto que ha creado" (Interpretation 30 [1976]: 120). Una admisión de este tipo debe tomarse muy en serio.

Una de las dificultades más serias que presenta la crítica de la redacción es su subjetividad. No ha habido acuerdo general entre los eruditos en cuanto a muchos de los problemas básicos, sencillamente porque cada uno de ellos entiende a su modo la historia y la teología. Aunque los eruditos están seguros de que los recursos cronológicos y geográficos sirven a los propósitos de los autores, no hay acuerdo general en cuanto a la intención teológico de estos añadidos. Por lo tanto, el asunto se reduce a aplicar la subjetividad de la mente de uno a la mente de los escritores de los Evangelios -quienes a su vez pueden no haber usado un dicho auténtico o incidente histórico de la vida de Jesús- para así poder conocer la vida terrena de Cristo.