EL DIOS QUE YO CONOZCO

4.01.b. El Nuevo Testamento griego de Erasmo

El primer Nuevo Testamento impreso en griego fue editado por el erudito holandés Desiderio Erasmo (1466-1536).

Johannes Froben, un decidido impresor de Basilea, Suiza, estaba deseoso de publicar un NT griego antes de que saliera la obra de Jiménez de Cisneros; y persuadió a Erasmo, humanista holandés, a que preparara el manuscrito para la publicación.

Después de diez meses de trabajo, la primera edición apareció en marzo de 1516. El trabajo fue hecho con premura, y, por lo tanto, la calidad no era buena. Se basaba en unos pocos manuscritos en minúscula, de fecha tardía, que habían podido conseguir en Basilea.

Los unciales (manuscritos en mayúscula), tan famosos hoy, aún no se conocían.

El texto de los Evangelios se basaba en el códice 2, un manuscrito deficiente del siglo XII, corregido según el códice 1, MS del siglo X de bastante valor.

Para el texto de Hechos y las cartas de Pablo se usó principalmente un MS del siglo XIII (2ap) y para el Apocalipsis, sólo un MS (1r ) del siglo XII. Desafortunadamente a éste le faltaba la última hoja en la cual estaban los últimos seis versículos de Apoc. 22. Erasmo suplió esta falta traduciendo estos versículos de la Vulgata latina al griego. También intercaló materiales de la Vulgata en otros puntos del NT.

Como resultado todavía se encuentran palabras y frases en el "texto recibido" que no aparecen en ningún MS griego.

El texto griego del Novum Instrumentum, nombre que Erasmo dio a la primera edición, estaba acompañado de una columna paralela en una traducción latina nueva y elegante, la primera traducción latina de todo el NT desde el tiempo de Jerónimo.

Desafortunadamente, la primera edición tenía centenares de errores tipográficos. En las cuatro ediciones posteriores (2ª ed., 1519; 3ª ed., 1522; 4ª ed., 1527; 5ª ed., 1535) se corrigió la mayor parte de estos errores.

La segunda edición titulada Novum Testamentum fue la base del Nuevo Testamento alemán traducido por Lutero.

La tercera edición es famosa por la introducción del conocido pasaje de los "tres testigos" en 1 Juan 5:7, 8a.

Esta comma iohanneum [adición a Juan] como se le da en llamar, consiste de las palabras "en el cielo: el Padre, el Verbo y el Espíritu Santo; y estos tres son uno. Y tres son los que dan testimonio en la tierra".

Esta añadidura aparecía en la Vulgata en los tiempos de Erasmo, pero los MSS griegos que éste conocía no la tenían, y por lo tanto la omitió en sus primeras dos ediciones. Erasmo estaba tan seguro de que era una añadidura reciente al texto, que cuando fue criticado por omitirla prometió que la colocaría en su próxima edición si alguien podía descubrir un solo MS griego donde estuviera este pasaje.

Finalmente le mostraron tal MS, y Erasmo colocó la comma iohanneum en su tercera edición, tal como lo había prometido, pero señalando en una nota que no la creía auténtica. Erasmo no sabía que el MS que le mostraron había sido escrito en 1520, con el único propósito de obligarlo a incluir dicha añadidura en su texto griego.

Ahora se sabe que este pasaje apareció por primera vez en algunos manuscritos latinos tardíos, pero que falta en todos los MSS griegos antiguos. Ninguna de las antiguas versiones lo tiene, y ningún Padre de la iglesia lo cita, incluso al hablar de la Trinidad. Se ve, entonces, que la comma iohanneum no tenía derecho a ser considerada como parte del texto bíblico y que los traductores modernos tienen razón en omitirlo (BJ, VP).