El primero que pensó en publicar un NT griego fue el cardenal español Francisco Jiménez de Cisneros (1436-1517), arzobispo de Toledo.
En 1502 nombró a un grupo de eruditos para que prepararan una edición políglota de toda la Biblia.
Esta tenía el AT en tres columnas verticales en hebreo, latín y griego, y en la parte inferior explicaciones de raíces caldeas y hebreas; el NT estaba en griego y latín.
El AT en cuatro tomos, se terminó de imprimir en 1517.
El tomo 5, que contenía el NT, se imprimió en 1514, pero el papa León X no permitió que apareciera hasta el año 1522.
Mientras tanto, había aparecido el NT griego de Erasmo, y Jiménez de Cisneros perdió el honor de ser el primero en publicar un Nuevo Testamento en griego.