EL DIOS QUE YO CONOZCO

9.02. (2) Diferencias de lenguaje

Los críticos de las fuentes han sostenido desde hace largo tiempo que ciertas partes del libro de Isaías contienen un lenguaje diferente al que usó el profeta en el resto del libro.

Un ejemplo de este tipo de objeción bastará.

Muchos críticos modernos han negado que Isaías escribió los cap. 24-27, porque encuentran que en dichos capítulos hay un lenguaje que no pertenece a Isaías, y le asignan una fecha muy posterior.

Un 70 por ciento del lenguaje de Isaías 24-27 se encuentra también en las partes de los cap. 1-39 que generalmente se asignan al profeta.

El otro 30 por ciento lo estudian considerando las siguientes pautas en cuanto a cada palabra o frase:
(1) Uso exclusivo en Isaías 24-27;
(2) uso fuera de Isaías;
(3) uso en secciones de Isaías 1-39 consideradas como no escritas por Isaías;
(4) uso en el segundo Isaías (cap. 56-66).

Hay 18 palabras que sólo aparecen en Isaías 24-27 y nunca aparecen en otro pasaje del AT. Hay más de 20 términos empleados fuera de Isaías, la mayor parte de ellos fechados por los estudiosos (aunque no por los conservadores) en el período del exilio (Proverbios, Salmos, Job, Jueces, Génesis, Levítico, Deuteronomio).

Entre las palabras que se emplean en materiales no atribuidos a Isaías en los cap. 1-39, hay unas cuarenta que aparecen de una a diez veces en lo que se estima que es obra de otro autor y no de Isaías. Estas palabras se han fechado en base a las pautas empleadas para estudiar los cap. 24-27.

En el cuarto grupo hay unas 40 palabras, de las cuales menos de la mitad aparecen con frecuencia. Todo esto indica, según ellos, que estas partes de Isaías 24-27 fueron escritas más tarde que Isaías 40-66. Esta argumentación es difícil de seguir.

Se puede afirmar que:

(1) No hay criterios objetivos en base a los cuales los críticos pueden saber o determinar la amplitud del vocabulario de un autor bíblico.

(2) Un autor bíblico puede usar cierto vocablo o expresión una sola vez o en contados casos, o ser el primero en usarlo mucho antes de que llegue a ser común; no hay cómo verificar este uso.

(3) La falta de una extensa literatura hebrea extrabíblica hace imposible saber con seguridad el uso y la variedad de significados que puede tener una expresión hebrea en determinado momento.

(4) Hay un razonamiento en círculo, pues ciertas palabras se fechan teniendo como base materiales escritos por Isaías a los cuales se les ha atribuido otra fecha, o materiales de otros autores bíblicos cuya fecha se da como posterior a lo que en los materiales mismos se afirma.

(5) La falta de atención que se le presta a la relación entre el contenido y el vocabulario empleado le resta importancia al resultado de las estadísticas para determinar la autenticidad de algún pasaje.